Los últimos informes sobre el avión ruso que se estrelló en Egipto el pasado 31 de Octubre indican que el siniestro no se debió a fallos técnicos. En este caso, investigadores franceses han manifestado que la caja negra recuperada del avión sugiere que existió una especie de "violenta y súbita" explosión que habría causado su caída. Asimismo, las autoridades británicas, que también investigan el caso, dijeron haber interceptado llamadas ente yihadistas que indicaban que se había colocado una bomba en la bodega de la nave antes del despegue.
Ante estas especulaciones, el resultado final, únicamente, se conocerá una vez finalizadas las correspondientes investigaciones. En este punto, entonces se podrían hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo se sabrá realmente qué ocurrió? ¿Cómo llevan adelante la investigación los expertos cuando se enfrentan a un escenario como éste? ¿Y cómo hacen para sacar conclusiones a partir de la evidencia que encuentran en el terreno?
Las razones por las cuales se produce un accidente aéreo son diversas. Estas pueden ser por fallas humanas, fallas técnicas, condiciones climatologías, e inclusive una especie de atentado.
En este caso, para lograr establecer con claridad los resultados que conlleven a las causas del siniestro la primera prioridad es asegurar la escena de la tragedia antes de que los investigadores logren llegar hasta allí, es decir, en primera instancia la policía o los militares deberían proteger el área.
En relación a quién tendrá que investigar el accidente, en este caso, de acuerdo a las reglas establecidas por la Convención de la Aviación Civil Internacional, la primera responsabilidad recae sobre el Estado donde ocurrió el desastre, aunque también pueden tomar parte en la investigación el país donde la aeronave estaba registrada, aquel donde la aerolínea tenga su casa matriz y el país donde se haya diseñado el aparato.
En seguida, los investigadores del accidente necesitaran recolectar los datos e informaciones que la aerolínea pueda brindarles, es decir copias de una serie de documentos, como el historial de mantenimiento o la lista de pasajeros. Asimismo, también revisarán las comunicaciones entre la aeronave y los controladores aéreos, así como la información de las condiciones meteorológicas al momento del accidente.
Por otro lado, una vez que los investigadores estén en condiciones de evaluar la evidencia física, tienen que mantenerse abiertos a cualquier posibilidad y no enfocarse de inmediato en una sola teoría que explique el accidente. Además, si las partes del fuselaje del avión se logran recuperar, pues estos pasarán a ensamblarse tanto como se pueda, para estudiar y analizar detalladamente cada fragmento.
Asimismo,los resultados de las autopsias que se hacen a los pasajeros y a los miembros de la tripulación también pueden ayudar a deducir lo que sucedió a bordo. Por ejemplo, el informe holandés sobre la caída del vuelo MH17 de Malaysian Airlines sobre Ucrania, ocurrido en julio de 2014, fue capaz de determinar la naturaleza del impacto en parte por el tipo de heridas que mostraban los cuerpos de la tripulación que estaba en la cabina de mando.
Finalmente, una vez realizado la primera fase de búsqueda de datos en los cadáveres, casi siempre es posible tener una línea de investigación clara sobre el proceso físico que hizo caer la nave.
Como lo señala Frank Taylor, investigador de accidentes aéreos que trabajó en el caso Lockerbie, "el proceso de investigación del accidente es estrictamente técnico, no de asignación de culpas". Por tanto, se puede decir que si los investigadores creen que han encontrado una falla de diseño o mantenimiento, pueden emitir recomendaciones inmediatas para tratar de prevenir problemas similares en otras aeronaves.
De esta manera, es cómo los investigadores, por lo general, pueden llegar a encontrar las posibles y más lógicas razones de cada accidente aéreo. Así que solo queda esperar a que las autoridades competentes hagan su trabajo y establezcan las causas de este tipo de hechos.
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